domingo, 14 de noviembre de 2010

Padres de niños con discapacidad denuncian la falta de recursos en los colegios

Piden más profesores y monitores cualificados para atender a los menores en el horario escolar y facilitar su inclusión real en las aulas.



"La educación inclusiva no será posible sin los recursos necesarios para ello". Así de claros se muestran los padres de niños con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGA) y Trastorno del Espectro Autista (TEA), que han decidido crear una plataforma para luchar por los derechos de sus hijos y de niños con otras necesidades educativas especiales (NEE) en los colegios públicos ante «la falta de inversión para dotar a los centros escolares de especialistas».
Y los recursos no son otros que personal cualificado para atender a estos menores, según explica Francisco Arjona, portavoz de esta plataforma. Según denuncian, faltan profesores de Pedagogía Terapéutica (PT), expertos en Audición y Lenguaje (AL), educadores y monitores que ayuden a los niños en sus necesidades más básicas como ir al baño, acompañarles en el transporte escolar o asistirles en el comedor. Y esta carencia de medios afecta tanto a la educación inclusiva, es decir, la modalidad en la que los niños se encuentran escolarizados en un aula ordinaria aunque precisen horas de refuerzo; como a la del aula específica.
«Nuestros hijos deben contar con una persona que esté pendiente de ellos, que les cambie si tiene problemas de control de esfínteres o les acompañe al baño, velen por ellos en el recreo y el comedor; pero actualmente carecemos de personal, sobre todo de educadores y monitores, así que todo depende de la buena voluntad del profesor del aula ordinaria, que tiene que atender a otros 24 niños y se ve sobrepasado, dice Arjona.
El número de niños con NEE por aula se fija por ley en tres máximo por clase. Los orientadores son los encargados de valorar a los niños y de establecer la modalidad de educación (inclusiva o específica) en función de la gravedad de los casos. Actualmente, hay unos mil menores con necesidades educativas especiales escolarizados en centros públicos y concertados por provincia, según los datos que maneja la Delegación de Educación.
En esta cifra se incluyen discapacidades, niños con riesgo de exclusión social, superdotación y dificultades de aprendizaje. Precisamente, estas realidades tan dispares provocan nuevos conflictos. «La escasez de medios hace que los orientadores, volcados en atender a los niños con NEE, no detecten problemas en alumnos teóricamente 'sanos', y sabemos que la valoración precoz es fundamental para estos menores», continúa Francisco Arjona. En muchos casos, si padres y pediatras tampoco lo detectan, pasan años hasta que se descubre.
Creo que este tema es bastante importante y serio, ya que entiendo que los padres cuyos hijos sufren esta serie de discapacidades estén cansados y dolidos de que muchos de los colegios no dispongan de personal cualificado para ello.

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