¡Mañana volvemos al colegio!
Todos tenemos muchas ganas pero a su vez tenemos miedo, miedo a lo desconocido. Serán nuevos alumnos, nuevas caras, nuevos nombres, nuevas personalidades y modos de actuar, nuevos profesores, nuevas madres y padres...pero nos enfrentamos con mucha ilusión, una ilusión que estoy segura que no perderé nunca.
Un día como hoy,un día antes de comenzar el Practicum II, no puedo dejar de pensar en el Practicum I. La verdad es que todos los días desde Abril me he acordado en algún momento de "mis niños de 1º Primaria", bien porque me he acordado de sus frases, de sus golpes graciosos o porque he visto las fotos que tengo con ellos o porque los he visto por la calle.
Hoy he leído la memoria que realicé el curso pasado y me gustaría compartir con vosotros la evaluación que hice sobre mi para así poder poner al final de estas prácticas, cuál ha sido la de este curso,compararlas un poco y ver cómo he seguido creciendo y aprendiendo en lo que será ,dentro de no mucho tiempo, mi profesión.
AUTOEVALUACIÓN
Desde el primer día he querido y me han permitido integrarme en la rutina diaria no sólo con respecto a las clases sino en los quehaceres del tutor fuera del aula responsabilizándome de tareas como: abrir la clase cuando se llega por la mañana, cuidar el recreo, hacer fotocopias de actividades extras o controles, comprobar ventanas cerradas, aula limpia y colocada al salir.
La experiencia con todos los maestros y profesores ha sido muy buena, más estrecha con los que he compartido aula pero con el resto durante los recreos, a la entrada y salida del colegio, no dudaban en interesarse por mí, me preguntaban qué tal estaba, si me sentía cómoda, si estaba aprendiendo, etc. Desde dirección igualmente han estado muy pendientes de cómo me iba y de toda la documentación que iba solicitando para poder realizar la Memoria.
Durante las cinco semanas he participado activamente en el aula, sobre todo en Conocimiento del Medio, Matemáticas, Lengua y Plástica, al tratarse de asignaturas impartidas por mi tutora. Desde el primer día comencé a corregir los ejercicios a los niños, a responder a sus dudas, a elegir a alumnos para la corrección de actividades y para rezar. En todo momento mi tutora me dio absoluta libertad para dar la clase cuando quisiese, para proponer nuevas actividades, lo cual hacía encantada. Todo ello ha sido verdaderamente positivo para mí ya que me dio una gran soltura desde el principio por lo que no tuve problemas de miedo, inseguridad, etc.
La especialista de inglés que tenía, me permitía leer los textos y algunos ejercicios para que los niños se acostumbrasen a escuchar a otras personas hablando en inglés. Como he dicho anteriormente, también tuve la oportunidad de corregir controles y poner las notas aunque evidentemente, supervisadas antes de entregarlas a los niños. Esa fue una experiencia que me hizo mucha ilusión.
En Educación Física, después de haber visto dos o tres sesiones, el maestro me permitía llevar la clase junto a él, siguiendo sus indicaciones. Me encargaba de dividirles en grupos para los juegos, de ser la pareja de alguno si resultaba que el número era impar, etc.
En el resto de asignaturas como Religión y Música he aprendido mucho de los especialistas. En la clase de música aprendí a perder la vergüenza de bailar delante de los niños las canciones para que ellos se sintiesen más seguros cuando les tocase bailar y para que les sirviese de ejemplo. Durante la clase de religión, también he aprendido mucho y he recordado cosas de la historia de la religión que creía olvidadas.
Estar en la evaluación me ha enseñado muchísimo a separar lo que pueden ser los sentimientos hacia los niños y ser racional a la hora de calificar.
Trabajar con los niños ha sido la experiencia más gratificante de mis prácticas. No hay nada tan satisfactorio como enseñar algo a una niña y ver que lo ha entendido, comprobar que un niño que nunca trae los deberes, un día te sorprende haciéndolos y encima están bien, descubrir que en un control hay más aprobados que suspensos y que el ejercicio que nunca les salía en clase, en el examen lo han bordado. Por supuesto hay desilusiones, pero aún así merece la pena. Algunas de las compañeras maestras que ya llevan muchos años me comentaban que con el tiempo empezaré a perder la esperanza y a desilusionarme, pero confío en que esto no suceda.
Los niños han tenido una actitud extraordinaria conmigo, han acogido con agrado las novedades que implicaba tener a alguien diferente en el aula.
Mi actitud en clase era muy positiva y alegre. Al finalizar las prácticas les obsequié con una bolsa de golosinas a cada uno y ellos me hicieron dos grandes regalos: un gran mural con la foto de cada uno y una dedicatoria personal de cada uno detrás de su foto. Frases como: no quiero que te vayas profe, te quiero mucho, me he quedado muy triste al saber que te vas, eres la mejor profe que he tenido, no te olvidaremos nunca, te recordaremos cuando no estés, etc. hacen que cada vez que las lea me emocione como me pasó el último día. Aparte de este gran regalo que tengo colgado en mi habitación, me regalaron un llavero de cuero grabado en el que ponía: SILVIA 1ºE.P E.H.P (las siglas de Escuela Hogar Placentina). En cuanto me obsequiaron con ello, quité el llavero que tenía y puse ese. Por este motivo, día a día, cuando cojo las llaves, me vienen a la mente todos los recuerdos del mes más maravilloso de mi vida.
Me despido dejándoos con esta frase que me gusta mucho de José Marti.
"Los niños son la esperanza del mundo"
¡Suerte a todos mis compañeros!
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