domingo, 28 de noviembre de 2010

La escucha activa

¡Hola de nuevo!
Esta semana os voy a hablar de un curso que nos han dado en el colegio donde estoy haciendo las prácticas.
El curso trataba sobre la humanización de las relaciones  dentro del ámbito educativo, y asistieron todos los docentes del centro junto con nosotras, algunas chicas de prácticas.
Os voy a dejar un cuento sobre la escucha. Aprender a escuchar a nuestros alumnos es muy importante y nos hará mejores docentes. Podemos oír a los alumnos pero no los escuchamos cuando nos piden algo y, aunque parece que no, ellos se sienten muy frustrados porque vienen con toda su ilusión o con su problema a contárnoslo, y sin embargo se dan cuenta de que su educador no les está haciendo caso.
Ahí va el cuento o parábola:
                Un discípulo, antes de ser reconocido como tal por su maestro, fue enviado a la montaña para aprender a escuchar a la naturaleza.
         Al cabo de un tiempo, volvió para dar cuenta al maestro de lo que había percibido.
-He oído el piar de los pájaros, el aullido del perro, el ruido del relámpago…
-No- le dijo el maestro-, vuelve otra vez a la montaña. Aun no estás preparado.
Por segunda vez dio cuenta al maestro de lo que había percibido.
-He oído el ruido de las hojas al ser mecidas por el viento, el cantar del agua en el rio, el lamento de una cría sola en el nido.
-No- le dijo de nuevo el maestro-. Aún no. Vuelve de nuevo a la naturaleza y escúchala.
Por fin un día…
-He oído el bullir de la vida que irradiaba del sol, el quejido de las hojas al ser holladas, el latido de la savia que ascendía por el tallo, el temblor de los pétalos al abrirse acariciados por la luz.
-Ahora sí. Ven porque has escuchado lo que no se oye.

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