sábado, 16 de octubre de 2010

"AL DOS POR CIENTO DE LOS DOCENTES LE AGREDEN CADA MES."

  • La mitad de los profesores vive con miedo a que un alumno le pegue.
  • Uno de cada tres profesores sufre niveles altos de estrés por su relación con los estudiantes.
  • El 15,3% ha sufrido maltrato psicológico por parte de sus colegas de profesión.


Estos pequeños titulares con estos datos son una realidad que vivimos hoy en día y que me han resultado bastante interesantes. El curso pasado una profesora nos dio una fotocopia con esta información y por este motivo me gustaría hacer una reflexión y compartirla con todos vosotros.


Los estudiantes tienen un perfil educativo que no lo saben tolerar.
En consecuencia hay una rebeldía desconcertante en la cual crean un clima insostenible y de malestar dentro del aula tanto en alumnos como en profesores en menor medida.
Los profesores por ser personas maduras, consecuentes y tolerables, entre ellos, da lugar a menos incidentes pero como se afirma en la noticia, sí hay en ocasiones maltrato psicológico por parte de otros compañeros de trabajo.
El alumnado menos disciplinado a falta de  una buena formación dentro del aula y por otra parte, estar protegidos más por los padres da lugar a desesperar al centro docente hasta el punto que parte del profesorado llegue a coger depresiones como consecuencia del estrés lo que les lleva a darse de baja temporalmente e incluso a abandonar su empleo.
La parte más preocupante por parte de los alumnos es la falta de respeto al profesorado al que llegan a insultar verbalmente y esto no queda así, sino que en ocasiones llegan demasiado lejos agrediéndolos físicamente también.
Estos “personajes” no son los únicos culpables sino que son los padres que no los saben educar. Cuando sus hijos llegan a casa después del colegio, les cuentan sus cosas al revés, tapando detalles, versionándolas a su gusto, haciéndoles creer que los profesores son los culpables y los padres en lugar de darles consejo para la mejora de su comportamiento, hacen caso omiso yendo a protestar ante el profesor en cuestión, achacándole a éste la culpa, sin molestarse ni siquiera en conocer la versión del profesor para llegar a una solución conjunta que sería lo ideal para la educación del alumno e hijo.
En el siglo XX las cosas eran totalmente distintas. Los profesores tenían más autoridad y eran respetados siempre por encima de cualquier cosa.
Cuando un alumno llegaba a casa y les decía a sus padres que el profesor le había castigado por haberle faltado el respeto o por otro motivo, el padre o la madre le decían: “si el profesor o el maestro te ha castigado será por algo y no por capricho”. Esta frase debería ser repetida diariamente y ya no sucede.
En este siglo XXI el problema ha cambiado. Para resumirlo en pocas palabras y con un toque de humor, sucede lo siguiente: el alumno se cabrea, el padre se emberrincha y ambos le forman al profesor un escándalo increíble.
Los valores cívicos de este siglo tanto en la vida cotidiana como en los centros docentes se ha deteriorado e incluso me atrevo a decir que se han perdido completamente los valores humanos, no prima la razón y sí la intolerancia. Me da mucha pena que todo esto suceda ya que esta profesión va a ser el pan mío de cada día y no me gustaría vivir esta incómoda situación.

Esperemos que la gente vuelva a su sensatez, que los padres reflexionen y se involucren realmente en la educación de sus hijos, siguiendo y cumpliendo las normas que los centros docentes tienen y de esta forma lleguemos a un consenso del profesorado-padres-alumnos para el bienestar de la sociedad presente y futura.

Aquí añado un enlace que contiene un pequeño chiste gráfico con el por desgrafia se refleja cómo era la educación hace cuarenta años y cómo es actualmente.Para entender la reflexión que hago, necesitáis observar el enlace.
http://cachondeo.com.es/15/06/2009/que-notas-son-estas/


En la imagen de la izquierda observamos cómo la figura de la maestra era respetada, con el apoyo de los padres del alumno formaban “una sola persona” que lo único que pretendían era el enriquecimiento personal y cultural del niño.
Sin embargo, la imagen de la derecha muestra cómo están las cosas ahora. Se observa un 3 a 1 a favor del alumno y en contra de la maestra. La maestra se siente sola, sin el apoyo de los padres, con miedo, como está sucediendo en estos últimos tiempos.

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